Te recuerdo en cada frase de Instagram
y en cada foto de esperanza.
Te pienso en las parejas de mis amigas
y en las que veo por la calle.
Suenas en las canciones de amor
y en las de tristeza.
Estoy con otros hombres y te imagino.
Recreo en mi mente
vivir lo que vivo con ellos, contigo.
Imagino tu cuerpo imponente junto al mío,
tus ojitos brillantes, el olor de tu boca,
paseando, brindando, comiendo, follando,
y parece que la vida no sirve para nada
porque no estás conmigo.
Te echo tanto de menos.
Se hace un guiñapo mi alma cuando te lloro.
Pienso en tu luz, en tu calma, en tu paz,
en tu sonrisa.
Siento que he perdido todo
sólo porque te he perdido.
Y no hay luz, ni calma, ni paz, ni sonrisas,
soy un desierto de desesperanza,
una ilusión de vidrio laminado
que se ha hecho añicos.
No hay sol
que pueda iluminar este fracaso,
se han tapiado solas las ventanas,
y habita en mí un ejército de noches
que pinta todo mi cielo de lunas nuevas.
Te extraño tanto.
No sé si habrá una luz al fondo de este túnel.
Tal vez no vuelva a amar
como te estoy amando.
Quizás no me conforme con alguien que me ame.