No me extraña que llueva. Soy pez fuera del agua, es fácil que se acelere el corazón cuando devoro las tristezas. Un día le arranco las bragas y las dejo con todas sus vergüenzas al aire. Un día me convierto en su cura y sutura y le paso la lengua como si fuera perro apaleado. Un día le desato los zapatos y se los ato haciendo trampas para que bese el suelo. Un día te remato y te llevo margaritas -ahora sí, ahora no, ahora siempre- y le rezo algún Ave María y me repartirá hostias como panes. Un día será memoria rebelde y me hará peta-zetas en la punta de la lengua. Un día será ficha de dominó colocada en fila india y cuando menos se lo espere la derribaré con el dedo corazón y entonces no sabrá si huir de mí o abra(s)zarme o lavarme la cara.
Sobre la autora

Alexandra escribe poesía y/o prosa poética. Si mezclas la revolución de las palabras, la tristeza, la ironía, la rebeldía, la osadía y algunos toques de ternura aparecerá ella.