Que te diríamos adiós con una bendición estrechándote fuerte y rogando que fueras imperturbable, menos mortal. Como si encaminaras a la guerra. Quién pensaría. Sí vas a una. Los besos en la frente que eran ternura y devoción ahora llevan escrito Cuídate, arrastran miedo. Quién pensaría. Que tu vida no sea solo tuya, que de ti dependan cientos. Que la ignorancia pueda más que el valor. Quién pensaría. Que el claustro salvaría vidas y que el arte nos mantendría cuerdos. Quien pensaría que no quiero que luches, solo quiero que estés a salvo.
Mym Sosa