Sensitividad cual mar vetusto sensualidad del conocimiento ¡La luz! de lo que vive en verdad colapsará a lo que progresa en obscuridad de percepciones Tan parsimoniosa, bella inteligencia viva y lógica, calculada, seductora paternidad cósmica, que separa de lo bueno, lo excelente, destacando lo que crece repartiendo las sonrisas de lo puro y lo arcano, y pulveriza sedimento y oro sólido, porque a usura no crecemos, nunca; ni creamos en lo absurdo Absortos como un magnánimo polvo las estrellas que agonizan, por haber servido al logos, somos todos en el fondo En cadena arrepentidos, calladitos y caídos en asombro, vislumbramos por ventura, clemencia y solsticios, creacionismo la batalla por la vida y por el alma que tan indignos todos, ofrecemos
Sobre el autor

Nací en un pueblo de Veracruz húmedo y asolador. Emigré a la Atenas veracruzana a los cuatro años, donde aprendí a cultivar la pintura, la música y la literatura, enamorándome de dichas formas de manifestar el poder de creación del que gozamos como especie. Creo en el misticismo religioso y en la transmutación del dolor a través de la fe, ciega de preferencia. Soy hombre casado y de familia, siervo de Dios. El 90 % de mis amigos son caninos. Respirar y sentir que inhalo y exhalo junto con el mundo es mi idea de paz terrena. Practico —ya sea dormido o despierto— el jazz y el ensueño.