Sexta Fórmula

Nuestras primeras veces | Paulina Mora

Web | Otras publicaciones
Categorías

Que te pertenecen mis primeras veces desde muchos sentidos.

Que la brisa del mar deja de chocar en los puertos si tú no te encuentras detrás de todos esos faros para salvaguardar nuestro castillo de arena.

El pequeño escondite que teníamos reservado para sueños inconclusos y que sabíamos que, si en algún momento no nos encontrábamos, ahí podríamos perdernos para seguir nuestro camino de nuevo.

Quiero pedirte que conmigo olvides el presente, y dejes el futuro a manos inciertas; se te da a la perfección la catarsis a mitad de un orgasmo.

Las paradas de trenes nunca tuvieron tanto significado como cuando me sentaba a esperar un verso que nunca llegaba.

O un amor que nunca termina de pasar, y cuando se ha marchado de una buena vez, seguimos esperando en esa maldita estación de tren, pensando que sucederá algún milagro.

Siempre fuiste el dueño de todas mis perdices en noviembre que nunca emigraban, se quedaban a mi lado, silenciosas como el otoño.

Ya se han ido.
Tú eres a entregar nada y a esperarlo todo.
Te gusta amar a ventanas cerradas que a gritos desesperados.

Porque me he enamorado de ti, y he descubierto en el camino que después de tu nombre, no hay otro que conjugue en presente con el mío, para convertirlo en futuro perfecto.

Sin duda alguna, repetiría diez veces “te quiero” para condenarme a una tortura de caricias inmediatas escondidas en un diván, que te advierto, que yo no conozco mesura después del primer poema.

Que siempre serás eso:
primer verso
y
última rima.

He desgastado mis pocos años de vida en encuentros furtivos que nunca encuentran la salida, y si es que hay entrada, espero siempre encontrarte ahí.

Con esa maldita sonrisa que me encanta,
con un ramo de promesas en la mano,
y una despedida que nunca diremos en la boca.

Paulina Mora

Shopping cart close