Ya no me llames más, no me escribas que no voy a responder tus mensajes. Fuiste tú quien decidió terminar con lo nuestro, fuiste tú quien acabó yéndose con la promesa de permanecer siempre juntos, fuiste tú a quien le pareció fácil decir adiós. No te voy a negar que padecí mucho tu ausencia; no aceptaba despertar y saber que no te volvería a ver. Te extraño, es cierto, pero ya no estoy dispuesto a volver a vivir lo que ya vivimos, no puedo despertar lo que tú mataste con tu partida. Hoy estoy en una etapa de aceptación, me costó mucho llegar hasta aquí; ya no le lloro a tus recuerdos, le tomé cariño a las lágrimas e hicimos una tregua; le sonrío al pasado aunque tú te encuentres ahí. Ya no insistas, por favor. Estoy bien después de todo el caos que pasé. Es mi amor propio el que no me permite volver donde ya estuve, donde gracias a ti vuelvo a ser feliz sin depender de nadie.
Fido