Entre otras cosas, nunca te dije gracias.
Gracias por acrecentar en mí el arte y las ganas de mandar todo al carajo.
Sin duda marcaste un antes y un después en mi existencia.
No lo voy a negar, hasta cierto punto te odie, pero con el tiempo fui sanando.
Ahora es momento de decirte lo que nunca te dije:
No entiendo por qué razón sigues en mí, aunque lo niegue, aunque no quiera que sea así, después de todo, sigues dentro de mí.
De vez en cuando, el insomnio se apodera de mí, extrañamente cruzas por mi mente.
Y hay muchas canciones que inevitablemente me hacen pensarte, que me hacen querer lo que ya fue.
Sigues en mí, aún no sé por qué, pero no puedo cambiarlo.
Citaré a Bunbury: «Jamás te recuerdo, porque nunca te olvido».