Estoy hecho de todas las despedidas que no di, de las palabras que me robaste con una sonrisa, de mis manos echando de menos tu cintura, de las mentiras que me digo mirando al espejo. Estoy hecho de naufragios inducidos por faldas cortas callejeras; estoy hecho de películas para adultos que protagonicé en mi mente al imaginarte desnuda. Estoy hecho de pasos sin gracia sobre pistas de baile vacías, estoy hecho de recuerdos amargos sobre heridas de sangre aún llenas. Estoy hecho de retazos de lo que hicieron todas las mujeres a las que quise, estoy hecho de promesas incumplidas, de pasajes de avión sin aeropuertos, de vacaciones a Máncora sin turistas, de despedidas que todavía me queman. Pero también estoy hecho, querida, de esa esperanza que todavía guardo, en el interior de una caja fuerte que no pudieron robarme. Estoy hecho de palabras que son mejores que yo en todo sentido. Estoy hecho de las veces que te he querido, de los malos ratos que procuraré evitarte, de urbes y playas amables, de la paz que no te dieron. Estoy hecho de miedos, como todos, pero también de determinación, como pocos. Estoy hecho de inteligencia y simpatía, como te gusta, pero también de perversión y ternura, como te encanta. Estoy hecho para darte (y no hablo de los buenos días), y también para recibir (y no me refiero a las gracias). Estoy hecho para ver atardeceres en tu espalda, estoy hecho para cicatrizar las heridas de tu boca, estoy hecho para acompañarte aunque me alejes, estoy hecho para huir de ti aunque me llames. Estoy hecho de todo esto y lo que no te he dicho. Estoy hecho de lo que guardo porque quiero que sólo tú descubras el tamaño de este futuro que hay detrás de mi silencio. Descúbreme, atrévete, deja que mis palabras te toquen.
Autor: Dashten Geriott