Acostumbrado a lo inexacto, divido mi mente en fragmentos inconclusos que no son más que un vago recuerdo de lo que quiero ser.
Despido los días vividos y me encamino hacia un lugar desconocido.
Elevo al infierno mi copa, brindaré por mi, por todo lo que no soy y lo que nunca fue. ¿Es esto un viaje imposible?
¿Has buscado la palabra perfecta para una conversación y la encuentras al término de una semana? Soy como esa palabra: Poco relevante y por último, con un sabor de auto insuficiencia.
Pronunciaré mi nombre en el vacío, soltaré mi alma en un poema y dejaré que se vaya por el alcantarillado.
Intermitente, no soy más que una luz que lejos de ayudar entorpece lo que ves.
Abandoné lo que soy, acorralado en la guillotina sentiré paz por trascender de lo que existe, de lo que nunca seré.
Un último acto de heroicidad, gajes del oficio.