El trino del diablo resuena en mi habitación, tu ausencia se hace más.
El vino se acabó, la noche acabó.
Ilógicamente aún sigues en mi mente a pesar de lo mucho que me niego a ello.
¡Por Dios! No quiero pensarte, pero te pienso, no quiero soñarte, pero te sueño, no quiero sentirte, pero te siento.
No quiero seguir recordando tu voz, pero la recuerdo.
Quiero olvidar tus manos, pero no las olvido, quiero dejar de escribirte, pero aquí me tienes, ebrio con la idea de que algún día volverás.
El vino se acabó, mi vida acabó.
El vino se acabó, aún sigo escribiendo por ti.
El vino se acabó, y mis demonios te siguen amando…