Me cansé de ir por el mundo y me detuve a reclamarle al universo el porqué de tantas desilusiones, engaños y llantos. Estaba a punto de gritarle, argumentando por qué me ha tocado esta vida con tantos altibajos, cuando una voz en mi interior me ha susurrado: «¿Por qué sigues buscando sombra en el desierto, si sabes bien que nada hallarás? ¿Por qué no empiezas por confiar en ti antes que en los demás? Aprende a estar melancólico. No menosprecies la maravilla de tus lágrimas, a veces, es un torrente de dicha y es lo único que tu alma sabe decir. No busques en otros de lo que estás de sobra por dentro. No busques un mundo porque tú eres el universo mismo.» Y aquí vuelvo con mi vida, convencido de que todo estará bien. Que con tenerme yo mismo me sobra y me basta. Voy a crear mi vida a mi manera atrayendo lo mejor y lo que convenga. Y ahora mismo lo declaro orgulloso: ¡El universo soy yo!
Fido