Se acabó el vaivén de las palabras, sin que nadie intermediara, cada asalto inconcluso de sentimientos caducó.
Cansados de cada palabra soltamos las armas y dejamos el campo de batalla, sin despedida ni golpes finales.
Y dejamos todo atrás, lo hermoso y lo terrible; quedaron solo las cenizas y las marcas en nuestras almas.
Seguiremos actuado cada uno en su nuevo teatro y, mientras vociferando diálogos repetidos, nos sentiremos vacíos.
Y a mitad del show suspiraremos y recordaremos los tiempos de abundancia y desenfreno pasional.
Me necesitarás y te necesitaré, pero nunca nos buscaremos.
Desde donde estemos veremos al otro actuar, aplaudiremos con una triste nostalgia, a la vez, sonreiremos al ver a otro brillar.
Sigamos cada uno nuestro show, porque nuestra historia llegó a su final, pero aún no se termina de escribir.