Con mi indómita mente te sigo pensando, mi alma sigue agonizante, mi corazón aún te necesita.
Leo una y otra vez todo lo que te escribí, ¡Mierda!, ahora me siento como un ingenuo.
Mi delirio se hace más cuando cae la noche y recuerdo nuestros insomnios de bohemia y de ardiente inspiración.
¿Acaso sigues pensando en mí? Yo pienso en ti cada segundo, pienso en los poemas que te podría estar escribiendo ahora, pienso más en ti que en mí…
Despacio, como un soldado que cae en batalla y espera el disparo final. Despacio, con la tranquilidad de una lluvia cálida. Despacio, con el arrebato y el caos de los fuertes vientos de octubre. Despacio, como la embriaguez de Bukowski. Despacio, como las lúgubres y terroríficas notas del trino del diablo.
Despacio, a mi modo, te irás de mí…