Sexta Fórmula

Cuando por fin vemos la orilla | Carlos Cavero

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Después de mucho escupir agua
me sigo ahogando
y tras el manto de un arrullo a doble mano
debo fingir a ratos que la calma
se sienta a dibujarme
un arco de sonrisa
aquí donde se queman las piedras porosas
el pulso de una sierra en pleno corte de faena
la letra roja que en el hierro se me junta
voraz con los tendones de mi espalda
mientras me arrastras
hacia la orilla
sin necesidad alguna de golpearme en la cara

(Esperaba
sin duda
ser rescatado)

Oculto los sarcomas
me muerdo el paladar mientras tus ojos
son amor y son colonia de baño
ovillo la lengua
pues quiero verte los muslos
quiero verte izada en tierra firme
así sea a media asta

Sé que también el verde de tu calma
es mentira de las blancas
la piel de una ballena que pretende
ocultar a Leviatán como un sol entre los dedos
que incluso en pleno traje salvavidas
tú quieres reventar de la desgracia
que nos tocó vivir en carne propia
que te muerdes la garganta
que te tragas la sangre como púas de estramonio
pero haremos felices a los astros peatones
que nos miran parpadeando
desde sus butacas

Iremos mintiéndonos de a gotas
mintiéndole también a la cámara
expertos en el tren de este espectáculo
siempre pisando el escenario
como quien baila

Te estiras hacia atrás y te me ondeas con la falda
volando a pies desnudos
rompemos la cuarta pared
con los ojos
en blanco
a ver si de tanto disimulo
vendrá por fin un día
el árbol de la acacia
ya lejos de la arena
y seremos niños
de pecho
entre su barro
y sus raíces.

Carlos Cavero

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