He tomado muchas batallas grises sin ver claro a un líder o un propósito y noto el esparcimiento deconstruido de mis congéneres, sus almas lloran Dejé las palabras vanas y altisonantes y me incliné por la sangre y lo purgante porque reparo como auto desguazo mi viejo ser, que sobre sí mismo pluguiere Oro por darte todo, lo que de amor pudiere mi pobre y enardecida alma, sentir y obrar para acercarte a Dios, y en alborada cuidarte tanto, que al paraíso vueles Al servicio de lo más alto, desenvainemos las lenguas de fuego, cual cruenta espada ¡un telurismo totalitario, es ficción sicalíptica! que mataremos, sacrificándonosle, a lo sagrado
Nací en un pueblo de Veracruz, húmedo y asolador. Emigré a la Atenas veracruzana a los cuatro años, donde aprendí a cultivar la pintura, la música y la literatura, enamorándome de dichas formas de manifestar el poder de creación del que gozamos como especie. Creo en el misticismo religioso y en la transmutación del dolor a través de la fe, ciega de preferencia. Soy hombre casado y de familia, siervo de Dios. El 95% de mis amigos son caninos. Respirar y sentir que inhalo y exhalo junto con el mundo es mi idea de paz terrena. Practico —ya sea dormido o despierto— el jazz y el ensueño.