
Úrsula y los gatos – por Miguel Ángel Salinas Gilabert
Historia sobre gatos y demás agentes disruptivos. Continúa leyendo Úrsula y los gatos – por Miguel Ángel Salinas Gilabert
Historia sobre gatos y demás agentes disruptivos. Continúa leyendo Úrsula y los gatos – por Miguel Ángel Salinas Gilabert
Andaba el hombre husmeando en el interior de una arqueta de registro, situada en uno de los andenes de la estación central. Continúa leyendo Inexorable destino – Miguel Ángel Salinas Gilabert
Cuando la vi allí parada junto al semáforo, a Enriqueta, pensé que era otra más de las chicas de vida relajada que mercadean con su cuerpo en el polígono. Sobre todo porque, cuando se acercó a mí, me sonrió sin venir a cuento. Continúa leyendo El padre coraje de la Colonia Marconi – Miguel Ángel Salinas Gilabert
Atravesaba de este modo el viaducto de la calle Bailén, indiferente al tráfico voraz y a la curiosidad de los viandantes. Continúa leyendo Vermú rojo – Miguel Ángel Salinas Gilabert
Párrafos yuxtapuestos repletos de ideas inconexas con cierto hilo musical. Continúa leyendo Palabras vanas y olvido – Miguel Ángel Salinas Gilabert
Que yo estaba con una grande desazón como la que les entra a los enamorados no correspondidos, por lo de no dar con la Santa Juliana y las mujeres que, según comentan ciertas crónicas, ahí habitan y que yo he venido a buscar. Continúa leyendo Crónica del viaje a la isla de Santa Juliana – Miguel Ángel Salinas Gilabert
Y luego resultó que era un parásito que no sabía ni hacerse un huevo frito, el inútil, y ya una no ha nacido para servir a nadie y menos a un mequetrefe, que no estamos en los tiempos de Mariantoñeta. Continúa leyendo La cheslón – Miguel Ángel Salinas Gilabert
Quizá el bochorno acrecentaba en su interior cierto desequilibrio hormonal a su favor. Continúa leyendo Anastasia cambia de opinión – Miguel Ángel Salinas Gilabert
Desde que te marchaste, ¡oh, Natasha!, echo de menos tus incomprensibles palabras. Continúa leyendo Oh Natasha, Natasha | Miguel Ángel Salinas Gilabert