Todo martes se corona involuntaria la memoria de nuestra tierra de nuestra agua del movimiento de las placas al fondo de la historia y hoy por hoy que la hecatombe se levanta siento en los párpados el brote de una higuera Tu cuerpo es ahora mismo un mar caleidoscópico a fuerza de llevarte a Natura en las espaldas con sus revoluciones Ladrona del Cerezo soportas el ardor de las pestañas mientras la arritmia abre tu pecho se acomoda en avalanchas de latidos lengua sobre lengua y cuajamos un beso acordonado entre los árboles cayendo de uno a uno Los elementos piden tregua al ayuno y no sé cuánto tiempo más podremos resistir los embates de nuestros propios reflejos olvidados de nuestras propias gargantas secas Hoy martes víspera de un miércoles desentierro los recuerdos de una marcha sombría en la que lluvias torrenciales nos pusieron a cantar juntos con la ilusión de los niños pequeños a la espera de un silbato que nos cierre la angustia Pero no los dos bien sabemos que no existe cura sino formas de sudar los temporales sobre esta arena de perfectos luchadores buscando de hecho arrojar formas que pudieran algún día ser tomadas como arte vivo de los muertos.
Carlos Cavero